La volante María Alejandra Leal Aroca, nos cuenta parte de su proceso como futbolista, iniciando por sus primeros pasos en el deporte hasta su actual desempeño como jugadora profesional.

Nació en Bogotá hace 21 años, se crió en la localidad de Bosa rodeada de hermanos que también aspiraban al fútbol profesional y quienes fungieron como sus mentores y principal motivación.
Desde pequeña le interesó el deporte: principalmente el microfútbol y el baloncesto, sin embargo, una lesión la alejó de este último. Demostró ser una mujer fuera de los estándares de lo que “debían hacer las niñas” jugaba microfútbol contra niños mucho más grandes que ella, y no le interesaba si de vez en cuando se llevaba un que otro golpe o raspón. Con el tiempo empezó a jugar más frecuentemente en su colegio en equipos casi siempre conformados por hombres, esto incentivó a varias niñas más a integrarse a los campeonatos escolares.
Su proceso formativo en el fútbol comenzó gracias a un profesor que la empujó a presentar pruebas a la Selección Bogotá de fútbol, María Alejandra, de 12 años entonces, recuerda ese día entre risas porque nunca había jugado fútbol y los guayos que le habían prestado le quedaban un poco grandes.
Un día después, tuvo que trasladarse al otro lado de la ciudad para seguir presentando pruebas, esta vez ya con unos guayos más cómodos. Posterior a unas cuantas vueltas a la cancha, Alejandra pudo empezar a probar posiciones en el campo de juego, las probó todas y eso le dio una idea más clara de donde se podía desempeñar en el vasto terreno que le suponía una cancha profesional de fútbol.
Por su destacado papel pudo conseguir una beca para jugar en el Club Deportivo Sport Colombia, donde se ganó el puesto, se pudo desempeñar durante cerca de 4 años y fue llamada múltiples veces para representar a Bogotá de manera profesional. De vez en cuando buscaba la forma de conseguir dinero para asistir a sus entrenamientos y partidos, puesto que a su familia se le dificultaba. Esto lo hacía vendiendo dulces o gomitas en su colegio.
Por azares de la vida, su director técnico Didier Luna fue asignado como entrenador de la selección Colombia femenina Sub-17 en el marco del torneo Sudamericano de esa categoría. Alejandra fue seleccionada y salió subcampeona de dicho torneo realizado en Argentina, obteniendo así un cupo al mundial de Uruguay de 2018, mundial que lastimosamente se perdió la bogotana debido a una lesión.
Por su actuación tan consistente en todos los equipos y categorías donde jugó, María Alejandra fue fichada por el Atlético Huila en donde pasaría parte de la recuperación de la lesión que la dejó fuera de la cita mundialista. Debutó en liga en ese mismo año contra Orsomarso marcando un gol y siendo figura de su equipo, allí sería campeona de la Liga Colombiana y de la Copa Libertadores Femenina, la máxima competencia a nivel de clubes del continente.
Pasaría otro año más en el club para después ser fichada por Independiente Santa fe en 2020, este fue un paso corto, ya que al siguiente año se estrenaría con el Llaneros fútbol club, su actual equipo.
Leal pasa sus días entrenando fuertemente con el equipo de Villavicencio, estudia inglés y quiere ahorrar para poder costear sus estudios en arquitectura.
Nos llama a la comprensión para así entender el proceso en el que se ve el fútbol femenino y nos recuerda que “el fútbol masculino ya pasó por esto”. Ella motiva a las niñas que ven en el fútbol un proyecto de vida, a luchar y a esforzarse, porque sabe de primera mano lo que se puede lograr siguiendo sus sueños.
Realizada por: Adriana Lancheros.
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